Hoy es el número 100 de esta aventura y por supuesto es un número especial, simbólico al menos, y me encanta que en el orden natural de las publicaciones, haya tocado que hoy tocara el artículo semanal de Benito, pues me reafirma que este no es un proyecto personal sino comunitario abierto a todo aquél que quiera compartirse y transmitirnos sus enseñanzas y conocimientos a fin de formar cada vez un mayor círculo virtuoso.
Además, la coincidencia (que no hay) resulta en que el tema es sobre el Camino De Santiago, que entre tanto, es un recorrido de aprendizaje, crecimiento, compartir, purgar, etc., y que mejor que de la pluma de Benito Etchegaray, que al menos a mí, me encanta.
Que disfruten y felicidades 100!
i.
Un viaje en el tiempo. Benito Etchegaray.
Si al escuchar este nombre algo dentro de tu corazón resuena, es que El Camino es para ti. Esta es una verdad irrefutable que pueden confirmar quienes lo han hecho y quienes están con él en la mira. El Camino te llama, te busca y te encuentra como lo hizo conmigo y un 11 de julio del 2014 en la ciudad de Oviedo inicié mi peregrinaje que teminaría, después de 19 días, 500 kilómetros y más de 1 millón de pasos, en la maravillosa Finisterra, junto al faro que ilumina a los renacidos. Pero vayamos por partes.
Sobre el año 820 de nuestra era, el ermitaño y asceta Pelayo que habitaba las tierras bajas de Galicia observó unas extrañas luces en el cielo que parecían dar sobre una zona en específico y en donde vio también, al llegar, unos fuegos fatuos y azulados saliendo de la tierra. Se percató de que se trataban de tres tumbas y en una de ellas parecían descansar los restos del apóstol Santiago el Mayor, uno de los 3 discípulos prefieridos de Cristo que habrían traído, luego de haber sido martirizado en el año 40 de nuestra era y asesinado en Tierra Santa, en una “barca de piedra” atravesando el Mare Nostrum y bordeando las tierras romanas de Iberia hasta llegar a la actual Galicia.
Alfonso II “El Casto” quien gobernaba buena parte de lo que hoy conocemos como Asturias, Galicia y León y Castilla desde Oviedo, emprende entonces el primer viaje de todos y que hoy se conoce como El Camino Primitivo, atravesando la densa selva asturiana y los bucólicos valles gallegos para ver si efectivamente estaban ahí los restos del afamado apóstol que llevó el cristianismo a la madre patria.
La noticia corrió rápidamente por el mundo conocido y para el siglo XI y XII la ruta gozaba de cabal salud. Sin embargo le esperaban tiempos agrios, como cuando en el siglo XIV la peste negra acabó con más del 30% de la población de Europa, o el cisma protestante de Martín Lutero quien afirmaba que en el cofre de madera que visitaban los peregrinos en Santiago, se hallaban solamente restos óseos de un perro o un caballo. La ruta Jacobea (de Santiago) fue perdiendo popularidad y no es sino hasta mediados del siglo XX cuando el Padre Bariña, acompañado de una creciente búsqueda de sentido que nos heredó la posguerra, lo rescata. Hoy por hoy aproximadamente 350 mil personas lo concluyen por año, pero la cifra de peregrinos totales podría superar el medio millón.
Lo primero que hay que saber es que no hay un solo Camino de Santiago, sino decenas de él. Lo que tienen en común es que todos terminan en Santiago de Compostela. Los más conocidos son El Camino francés, el del norte, portugués, el vía de la plata, sanabrés, el primitivo, inglés, mozárabe y un largo etcétera. Sin embargo creo que son dos los que sobresalen del resto, el primitivo por ser el primero y el más retador físicamente y el francés que es definitivamente el más popular y sale de Roncesvalles, en la frontera Franco-española recorriendo 900 kms hasta llegar a la capital gallega. Para tener la compostela y nombrarse como peregrino -cuyo título es vitalicio- hay que recorrer al menos 100 kms andando, ya que hay varias manera de hacer el camino, pues también es válido hacerlo en bicicleta, a caballo, en barco de vela o en silla de ruedas. Para mi gusto y ya que se habla de Peregrino (Pieregrino, a través de la tierra) lo más adecuado es hacerlo caminando.
Como recomendaciones a grosso modo de lo que hay que llevar y no llevar al Camino les diría que la mochila de viaje no debe pesar de un 10% de lo que pesas tú y debe tener dos o tres cambios de ropa completa, de preferencia con playeras y pantalones de tracking o rápido secado, un sleeping bag, una toalla de nadadores, unas botas de caminata (usadas por favor), así como dos bolsas pequeñas, una con artículos de aseo personal y otra con medicamentos. No olvide aguja e hilo, sus ampollas se lo agradecerán. Ah y por supuesto vaselina para untarse bien en los pies, los pezones y los caballeros en sus más nobles partes pues una buena rozadura puede interrumpir fácilmente los planes. El peso de la mochila es vital. Para decirles que yo tuve que tirar mi hermosa pluma fuente de acero y reemplazarla por una bic corta de plástico por su peso.
El Camino es una analogía de la vida y allí reside su grandeza, aprendes a dejar aquellas cosas que no son necesarias, nada por más bonito que sea merece la pena de ser cargado por 30 kilómetros de subidas en el bosque. La vida es ligereza, es aprender a soltar y a convivir, por eso también les recomiendo ampliamente llegar a los albergues públicos municipales, donde conocerán y convivirán con peregrinos de todo el mundo y verán la nobleza que el camino da, verán a todos compartiendo sus viandas e historias mientras el fuego de la casona se enciende. Por eso aquellos que hacen el viaje pero les cargan sus maletas en camionetas de un lugar a otro, duermen en hoteles de lujo y un chef les prepara la cena con ambrosías y vinos traídos de otros mundos, para mi gusto, no hicieron El Camino, hicieron un viaje y el pretexto fue Santiago. No son peregrinos, son turistas vulgares con una Compostela comprada con dinero porque hasta para hacer la fila y recojerla, se puede contratar a gente que la haga por uno.
¿Cuándo hacer el camino? Yo pensaría en 3 fechas en el año, durante los meses de abril y octubre por el clima, ya que estás alejado del verano y el invierno que proveen sus problemáticas particulares y en julio ya que, aunque tendrán que convivir seguramente con la canícula, podrían llegar a Santiago para las fiestas patronales que son el día 25 y ver mecerse en la catedral al imponente botafumeiro, el incensario más grande del mundo. Esa semana entera el pueblo se viste de gala y fiesta.
La ruta del Camino de Santiago, a pesar de haber nacido en plena edad media cristiana, es muchísimo más antigua aunque no se llamaba así, pues los pueblos celtas que habitaban el norte de Francia y España y el sur de Inglaterra hacían sus peregrinaciones para honrar a la “Canis Maior” y al sol que nacía en lo que para ellos era el fin del mundo (Finisterra) pues recordemos que, además de que se creía que la tierra era plana, no había nada más allá del Atlántico así que era, literalmente, el fin del mundo para ellos. Esa ruta está en mapas antiquísimos y comparten los sinuosos movimientos del camino que, si extrapolas en un mapa de la bóveda celeste, es tal cual la Vía Láctea. Increíble.
El Camino de Santiago es mucho más de lo que se puede escribir en unas cuantas líneas. A mí me cambió enteramente la vida y he escuchado a mucha gente decirlo también. Mi manera de hacerlo fue dedicar cada uno de los 19 días a un tema en específico, así que tuve un día dedicado a pensar en la relación con mi padre, mi madre, cada uno de mis 3 hijos, mi relación con Dios, con el dinero, con mi vejez, con el amor de pareja, con mi sentido de vida, etc. Me llevaba el tema todo el día rumiando y al llegar por la noche al hostal sacaba mi cuaderno y escribía allí todas mis conclusiones, que eran un montón. Así que terminó siendo como un manual de vida que aún conservo en la gabeta más alta de mi corazón.
Lo que nació con un sentido eminentemente cristiano y religioso, se ha convertido ahora en algo mucho más amplio, pues gente de todos los credos busca contagiarse de ese misticismo con que nos cubre El Camino. Yo caminé durante algunos días con un budista coreano y él me comentaba que tener hecho El Camino de Santiago en su Currículum, era un gran plus para futuras contrataciones, casi como una maestría y sin duda creo que lo es.
Buen camino, peregrinos.
Cómo siempre tu narrativa te atrapa y seduce. Felicidades y gracias Benito.
Hoy que para The Coolture es especial
les comento que es por las mañanas siempre lo primero y a primera hora cuando los leo. Su lectura enriquece mi día porque la disfruto, porque aprendo y no solo por lo que comparten sino también porque despiertan a mi memoria con recuerdos olvidados que me obligan a confirmarlos y a confrontarlos con diversas lecturas en la red.
Por ello mi agradecimiento para ti Israel como fundador que eres, para Benito y ahora también para Katia.
Mi enhorabuena y mejores deseos que creo encontrar en palabras de J.P.Sartre y A.Machado.
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. (Sartre)
En cuestiones de saber solo se pierde lo que se guarda y solo se gana lo que se da …. que hacer lo que se ama es la piedra angular para tener abundancia en la vida. (Machado)
Muchas gracias
Me encanta tu Narrativa Jose.
Eres un excelente narrador.
Me da mucho gusto leerte y que compartas algunas de tus tantas experiencias de vida que has buscado consciente e inconscientemente.