103 The Coolture

Breves en la industria del entretenimiento y el absurdo total en el mundo del arte.

Contenidos cortos y variados para irnos a disfrutar el fin de semana.

En materia de entretenimiento, hace unos días fue el cumpleaños 85 de Batman de quien hemos hablado un tanto en forma aquí en números pasados, y a propósito de tal evento en el paseo de la fama de Hollywood le han develado su placa, convirtiéndose el héroe de Gótica en el primer personaje de cómic en contar con un reconocimiento similar, lo que confirma la gran influencia que éste tiene en la llamada cultura pop. Su estrella está colocada junto a las relativas a Adam West protagonista de la serie televisiva de los años sesenta y junto a la propia a Bob Kane, antes creador, hoy co-creador y en un descuido colaborador en la creación del enigmático caballero de la noche.

En la misma línea de noticias alentadoras de la cultura popular, se ha anunciado que el talentoso histrión Tim Roth, inolvidable en filmes como Perros de Reserva, se unirá al reparto del nuevo largometraje “spinoff” de Pinky Blinders, compartiendo créditos desde luego con el ganador del Oscar Cillian Murphy, pero también con Barry Keoghan y la muy bella Rebecca Ferguson. El filme estará bajo la dirección del joven Tom Harper y se estima que la producción comience antes de que termine este año.

Regresando a temas relacionados a Gotham City, se ha anunciado que no está muerto el proyecto de llevar a serie de televisión una relativa al Arkham Asylum, que en principio tendría como protagonistas (entre otros) a los histriones que interpretaron al acertijo y al nuevo joker (apenas visto) en The Batman. Esto a propósito del enorme éxito de audiencia que tuvo la transmisión del primer episodio de The Penguin, el domingo pasado.

Y bueno, en novedades menos alentadoras de la industria, se nos adelantó Maggie Smith, a los casi 90 años. Toda una leyenda británica de la cinematografía cuyo encanto como la profesora McGonagall fue sólo la cereza en el pastel de su prolifera carrera, durante la que además de ser nombrada como Dama por la Reina Isabel, es una de las muy pocas interpretes que fue reconocida con el Oscar (dos veces), con el Emmy, el BAFTA, el SAGA, el globo de oro y el Tony, además de recibir el Laurence Olivier Award for Society of London Theatre Special Award. Descanse en paz.

Finalmente en este tenor del show business, Sony Music publicó en Spotify un tema inédito del Príncipe de la canción, José José, titulado Ya no pienso en ti, tema inédito supuestamente grabado en 1978 y que fue encontrado por un ingeniero de audio que se encontraba trabajando en la digitalización de viejas cintas. Se recibe la noticia con entusiasmo como siempre sucede en las obras inéditas post mortem de los autores, artistas o intérpretes que admiramos.

Por otro lado y ya para despedirme, les cuento que en el mundo del arte esta semana leí la noticia más estúpida que he leído jamás. Yo pensaba que la ignorancia extrema convertía en víctimas a gente sin estudio alguno que eran abusadas a modo de broma televisiva por la producción del fallecido Paco Stanley que en los parques comercializaba bolsas de plástico con agua en su interior argumentando que dentro existía un pez transparente. Lo anterior era motivo de burla en el show, pues era inverosímil, que la gente en los parques del entonces Distrito Federal, las comprara creyendo semejante barbaridad. (Los generacionales y mayores que aquí lean, sabrán de qué hablo).

Pues resulta que no es un tema de ignorancia por falta de estudios, sino de, bien una estupidez por convicción, o bien, una soberbia tremenda, la que llevaron a un hombre a adquirir en subasta por la módica cantidad de cerca de 28mil euros, una escultura invisible, sí, invisible y obviamente intangible, creación del artista italiano Salvatore Garau.

La burla continua, ya que la definición de la escultura no es “un espacio vacío” pues según el artista, éste ve mucho más que un espacio vacío. Lo compara con Dios, un ser invisible pero que levanta las más puras pasiones y creencias. Es decir, la obra es la nada, literalmente nada.

El único elemento tangible de la “existencia” de la obra es el certificado de garantía firmado por el artista y en el que con ironía puede leerse: …debe colocarse en un espacio libre (dimensiones aproximadamente 200 x 200 cm).

Yo soy un gran entusiasta del arte, pero no cabe duda que la industria continuamente raya en lo absurdo y lo ridículo; o quizá, yo soy un imbécil y el señor Garau es el amo de la genialidad…

Me pregunto, ¿cómo se protegerán los derechos de una “obra” de esta naturaleza?

En fin, buen fin de semana.