Un poderoso incendio es solo la continuación de una pequeña chispa
Dante Alighieri
Este es uno de esos libros que todos conocemos pero que muy pocos hemos leído completo. Es como esos jarrones que están sobre la mesa de la entrada de la casa, que todos reconoceríamos a la distancia pero que casi nadie podría contar de qué material es, describir sus pequeñas flores dibujadas o decir donde está hecho y por quien, datos que están en la base del mismo y que han estado ahí desde que tenemos memoria. La Comedia de Dante es justo eso, un recuerdo instalado en la memoria colectiva que no hemos vivido. Tratemos de extraer un poco de su vasta sustancia.
Hace un par de años entré a una plataforma argentina de cursos y conferencias que me ha hecho muy feliz, se llama Baikal, como el lago de Siberia donde pasé mi cumpleaños número 50. Resulta que ahí, un gran conocedor de la literatura medieval italiana y maestro titular de esta materia en la Universidad de Siena, Alejandro Patat, comenzó con un curso sobre la obra máxima de Dante. Lo inicié con gusto pero sin altas expectativas y verdaderamente se ha convertido ahora en una obsesión para mí. Ya terminamos con el infierno y purgatorio y estamos entrando en el paraíso. Es increíble la profundidad de ese texto. Dante es, sin ninguna duda, un elegido, un hombre con una pluma divina y hace en su obra maestra un profundo recorrido por el alma humana. Pero vayamos por partes.
La fecha de nacimiento de Dante se desconoce con precisión, pero debió ser por el año 1265 y muere en la ciudad de Ravena, expulsado de su Florencia querida, en el año de 1321. Entonces son 56 años los habría vivido el genio toscano, tiempo en el cual escribió, entre algunas otras piezas menores como “La vida nueva”, una obra que lo consagra, sin ninguna duda, en el podio más alto de la historia de la literatura universal: “La comedia”. El término “divina” como la conocemos hoy, se lo puso muchos años después el escritor y humanista Giovanni Bocaccio al darse cuenta del tamaño de aquella obra que tenía entre sus manos.
Dante es el último gran poeta medieval que abre la cortina del renacimiento, es un escritor tan grande que se toma como punto de referencia para un cambio literario de era y muchos críticos coinciden en llamarlo el poeta más grande que haya jamás existido. Hace 4 meses estuve en Florencia y pude visitar la casa museo de Dante ahí, así como hacer algunos de los recorridos a pie que seguramente hacía el escritor hace más de 700 años. Aquí les comparto algunas fotos.
Hay muchas lecturas de distintos ángulos que se pueden hacer sobre “La divina comedia”: literaria, política, simbólica, católica, esotérica, numerológica, pero es en escencia un poema, un largo verso de 100 cantos, no una novela. Cada una de sus tres partes tiene 33 cantos, el infierno, purgatorio y el cielo más un canto que es la introducción. El poema esta escrito en estrofas de 3 versos de 11 sílabas cada uno que dan 33 y la numerología funciona de tal manera que un personaje nombrado por ejemplo en el verso 125 del canto 8 aparece nuevamente en el mismo verso de un canto posterior. Es una obra colosal desde el punto de vista de su construcción estructural y su belleza melódica, al leerse en italiano, es tal que parece como si se estuviese cantando.
Hay algunas cosas que quedan dulces en los labios al leer a Dante y es el amor profundo y sempiterno que tuvo por Beatrice Portiniari. Borges decía que todo estaba hecho para ver la sonrisa de Beatrice, a quien se cuenta que solamente vió un par de veces en su vida y muy probablemente jamás habló con ella o quizá solo tuvieron algún intercambio de saludos cuando tenían 9 años. Sabemos que incluso ella se casó con otro, un rico banquero de la época y que además murió, -probablemente de peste- en 1290 a la tierna edad de 24 años. Es increíble que uno de los amores más grandes y famosos de la historia haya sido de tal manera platónico.
Su descripcion del infierno, sus pecados capitales, son literalmente el concepto que hoy tenemos los cristianos y que al pasar por los grabados en madera de Gustav Doré en el siglo 18, se quedaron impresos en el imaginario colectivo de occidente para siempre.
“A mitad del camino de la vida en una selva oscura me encontraba porque la ruta había perdido”, así inicia la comedia, en una metáfora para explicar su confusión moral, ética y espiritual. Aquí aparece el poeta antiguo Virgilio a quien Dante admira profundamente y que es uno de los 3 guías en su viaje, junto con San Bernardo de Claraval y su amada Beatrice. Una de mis historias favoritas sobre la comedia cuenta que no encontraban el final de la obra tras haber fallecido el poeta. Era evidente al ver su construcción que hacía falta el cierre, entonces Dante se le apareció a uno de sus hijos en un sueño para indicarle el lugar donde se hallaba manuscrito y así finalmente poder todos disfrutar completo de este poema maravilloso.
El italiano nació con Dante, así de fácil. Gracias a él se dejó al Latín de lado, que era considerado el lenguaje culto de la época y se le dio lugar al otrora toscano, que hoy conocemos como la hermosa lengua Italiana y no hay muchos más padres de sus lenguas en el mundo, quizá solo podríamos mencionar además a Shakespeare con el inglés y a Lutero con el Alemán.
Dante hace además contribuciones fundamentales a la iglesia católica, como el concepto del purgatorio que más tarde sería adoptado formalmente en el concilio de Trento, pues anteriormente existía evidentemente el cielo y el infierno, pero ¿el purgatorio? Esta idea de origen deísta, zoroastrista, estaba en el Arda Viraf desde hacía mucho tiempo e incluso también en el Islam ya existía este concepto transicional de las almas que aunque mueren en gracia, aún deben expiar algunas culpas más antes de gozar la presencia de Dios. También el concepto de Limbo es establecido por Dante, ese lugar donde residen los no bautizados.
Los problemas políticos que enfrentó Dante fueron demasiado álgidos, tanto así que sobre él pesaba una sentencia de muerte si regresaba a la ciudad de sus amores de la que fue expulsado en el año 1302, llevándolo a peregrinar por Verona, Forlí, Padua, Pisa y finalmente en Ravena donde descansa, aunque tiene un hermoso cenotafio en Florencia, en la basílica de la Santa Croce, que se ha quedado vacío esperando sus restos desde entonces y hasta el día de hoy.
Los tres cantos que componen La Divina Comedia: infierno, purgatorio y cielo terminan con un apelativo a las estrellas, por ello se dice también que es un poema sobre la trascendencia, sobre el ascenso al empíreo que es el nivel más alto de los cielos y las estrellas, donde reside la presencia plena de Dios, luego de haber atravesado una profunda depresión (infierno). Así que ánimo, se puede cruzar por cualquier selva oscura en esta vida, solo busquemos buenos guías y amemos profundamente, como lo hizo Dante.
Gracias a ti, Dorte, por tomarte el tiempo de leer desde el otro lado del Atlantico. Un abrazote.
Cómo siempre disfrute el leerte, gracias.
Hoy supe por ti el origen de la lengua de mi abuelo; el porque , el cuando y por quien se bautizó “La Comedia” con el termino Divina; y de su aportación al imaginario con lugares y designaciones como el purgatorio y el limbo, adoptados por el catolicismos.