Cuando comencé a interesarme por la poesía, por ahí de los dieciséis o diecisiete, hubo un poema que por entonces me encantó y ahora que lo reencontré por accidente confirmo que a pesar de los años lo sigue haciendo; es simple, conciso, cero rebuscado, corto, lejos de pretensiones y sin embargo es tan hermoso, claro y profundo.
Es esta joya de Gustavo Adolfo Becker, el sevillano que habiendo sólo vivido 34 años, forma parte de un sinnúmero de historia de amor…
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
¡QUÉ CHULADA!
Y hablando de poesía y de entonces, este del cubano José Ángel Buesa, también estaba entre mis favoritos:
Te digo adiós y, acaso, te quiero todavía,
no puedo olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste, no sé si te quería,
o tal vez nos quisimos, demasiado, los dos.
Te digo adiós y, acaso, con esta despedida
mis mejores sueños mueren dentro de mí.
Pero te digo adiós, para toda la vida
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Había talento!
Y bueno, pues para no desviarnos, este de Juan de Dios Peza, es en otro matiz, igualmente uno de mis favoritos de toda la vida, tan profundo, triste y por desgracia tan afín a muchos de los mas talentosos genios de la comedia, como el difunto Robin Williams, Jim Carrey o tantos otros menos mediáticos.
Reír llorando de Juan de Dios Peza, por cierto que este va con guiño, pues mi querido Mario Lazzeri, asiduo lector de este espacio, fue quien me lo enseñó declamándolo completo de memoria hace unos veinticinco años o tiempo similar. Este no es corto, ni simple, no es fácil de memorizar, y aun así es una belleza. Disfruta.
Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».
-Viajad y os distraeréis.
- ¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad.
-¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer.
-¡Si soy amado!
-¡Un título adquirid!
-¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas
-¿De lisonjas gustáis?
-¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?
-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?
-Mucho... mucho...
-¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
-¿A Garrik?
-Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
-¿Y a mí, me hará reír?
-¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo- no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Por cierto que de acuerdo a Manuel Gómez García, en su diccionario Akal de Teatro, editado en Madrid, por Ediciones Akal S. A. en 1997, este poema fue inspirado por David Garrick, actor y dramaturgo inglés que vivió y murió en el siglo XVIII, y que es considerado como una de las máximas figuras del teatro de aquellos años. Según su biografía, se especializó en interpretar personajes de Shakespeare, interpretando comedias, tragedias y farsas. A él se le debe el sistema de iluminación intensificando la luz de bastidores por medio de reflectores empotrados en las tablas teatrales. Fue también escritor de teatro y según aprendí leyendo sobre él, el director James Whale, británico conocido mayormente por su película de terror Frankenstein de 1931, llevó su vida al cine bajo el título The Great Garrick en 1937, obra que protagonizó el también británico Brian Aherne. Habrá que buscarla.
Retrato de David Garrick por Thomas Gainsborough
Bueno, hasta aquí esta tarde de martes poético. Abrazos, i.
P.D. Comparte con quien le guste la poesía!
Que belleza … !gracias!
Un poema que me subyuga es la canción de Manuel Bernal, “El brindis del bohemio”, del que por su extensión solo tratare de plasmar la idea de lo que en él se lee…………………………………..
En torno a una mesa de cantina regocijadamente departían 6 alegres bohemios. Celebraban entre risas y libaciones la agonía de un año y la llegada del feliz Año Nuevo.
Brindemos por el año que comienza, por la esperanza nuestra dulce amiga.
Brindo dijo otra voz por mi pasado que fue de luz, de amor y de alegría. Yo brindo dijo Juan porque vibre en las cuerdas de mi lira el verso que sonríe, que canta y que enamora.
Siguió la tempestad de frases vanas que hallan en todas partes acomodo y en cada frase de entusiasmo ardiente hubo ovación creciente y libaciones y reír y de todo.
Solo faltaba un brindis, el de Arturo, el del bohemio puro de noble corazón y gran cabeza. Alzó su copa y dijo. Brindo por la mujer , más no por esa en la que halláis consuelo, rescoldo del placer desventurado. Brindo por la mujer que me envolvió en sus besos, que me meció en la cuna, que me enseñó de niño lo que vale el cariño, que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos uno por uno , el corazón entero. Brindo por mi MADRE bohemios !!!!
Saludos