Este proyecto nació por una necesidad de aprender y de compartir, teniendo como fin, no único pero sí principal, la difusión de la cultura y de la cooltura a través de un escaparate incluyente para todas aquellas mentes curiosas, ávidas de aprender, descubrir, de aportar y de compartirse desde una posición humilde, colaborativa y de reciprocidad en el intercambio de conocimientos y experiencias con el fin de construir un medio que sirva para vaciar la mente pero sobretodo para llenarla junto con el alma de emociones bonitas, de contenido no viciado, honesto y transparente de personas normales que como todos estamos en la búsqueda de la realización y de un mejor entendimiento de este viaje.
Muchas veces me han preguntado por qué leo literatura y al respecto han sido muchas mis respuestas, pero la más acertada la encontré en las palabras de Juan Gabriel Vázquez, un escritor Colombiano, de talento inconmesurable que en su obra Viajes con un mapa en blanco (Alfaguara 2018), que es un ensayo literario muy centrado en la novela que el escritor llevó al plano de la edición con base en las distintas cátedras que impartió en la Universidasd de Berna, afirmó que la lectura de la novela o bien la novela en sí misma, es un vehículo para entender la vida misma, pues la historia formal, como bien nos recordó Benito Etchegaray en su artículo sobre el Gulag, que publicamos aquí hace unos días, está contada y escrita por los vencedores y por tanto está manipulada por estos y por sus intereses, mientras que la novela es una expresión libre realizada por personas sin compromisos políticos ni económicos que retratan el eterno conflicto del ser humano ante la sociedad a través de una visión del jugador a nivel de cancha, escita con la sangre y el sudor de quien se juega los retos en el barro y se mancha la camiseta defendiendo y luchando por su ideología. Es entonces la novela un retrato de la realidad que se escribe no desde la barrera, no desde las gradas o los curules sino desde la emoción y psicología de la gente que en verdad vivió la realidad y las circunstancias que cada obra relata.
En este sentido, TheCoolture, pretende ser un medio que desde su trinchera comparta, además de todas las cosas buenas y lindas que el mundo ofrece sin mancharnos en las innumerables tragedías y notas negativas, las realidades o las circunstancias universales que nos ocupan a todos como humanos (el amor, la tristeza, los viajes, la soledad, el conocer, el desamor, la paternidad, el crecimiento, la realización y un largo etcétera), desde el punto de vista franco de quienes lo vamos experimentando y compartimos con el anhelo de empatar con otros. Compartir para empatizar, aprender y crecer.
Hoy un amigo querido, Alejandro González, conocido como y en adelante referido como Norte, apelativo que bien le viene por su incansable búsqueda de centrar su brújula, nos comparte so pretexto de un reciente viaje a Barcelona, sus reflexiones sobre el paso del tiempo, el cambio de las circunstancias y la metamorfosis de las cosas que nos hicieron felices cuando se regresa a ellas con la expectativa de encontrar el pasado en la forma en que se le dejó.
Gracias Norte por tus ganas de compartirte, i.
Peripecias de un inconsciente
Por: Norte
“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.” Gabriel García Márquez.
Que veinte años no es nada, sentenció Gardel en su famoso tango, sin embargo, hoy la reflexión me invita a no coincidir.
He regresado de un viaje que entre otros lugares, me puso de vuelta en Barcelona, a donde quise regresar impulsado por la nostalgia de haber vivido ahí en el año 2000, con el deseo de saludar amistades que dejamos y no frecuentamos. Intentar traer esa época de vuelta, donde sinceramente fui muy feliz.
El poeta Félix Grande escribió: “Donde fuiste feliz alguna vez, no debieras volver jamás: el tiempo habrá hecho sus destrozos, levantando su muro fronterizo contra el que la ilusión chocará estupefacta”
Para ofrecer un contexto en aquel tiempo en que Barcelona fue mi casa, España aun tenía como moneda la peseta. Mi vida daba giros, había renunciado a mi posición en banca de corresponsalía dentro de Banca Serfin para incorporarme a Kraft como asistente de marca, cambio que implicó la renuncia al 70% de mis ingresos regulares.
La renuncia fue posible gracias al apoyo de mi esposa, quien entonces fungía como gerente de alianzas en HP y quién me dijo si vas a dar un giro a tu carrera profesional, es ahora, o nunca, entonces no contaba con que a los pocos meses estaríamos embarazados y así como determinante fue su apoyo para que mi vida laboral diera un giro radical, determinante fue también su decisión de dejar de trabajar para dedicarse a la crianza del primogénito. Mi mujer es persona de palabra y la tesis la había pronunciado desde un inicio “Cuando tengamos hijos, me dedicaré a ellos”.
Para mi buena ventura recibí una oferta para incorporarme a Salvat Editores en México, pero la oportunidad traía consigo la capacitación de un año en Barcelona. No tenía entonces muchas opciones, tenía que regularizar los ingresos en casa, y mi sabio interior me convenció que debía tomar la oferta. Acepté colaborar e iniciar mi periplo en el mundo editorial.
Llegamos a la ciudad condal en Enero. México a Madrid, después Barcelona. Recuerdo vivamente que en Madrid, abordaba en la puerta de embarque contigua el Real Madrid. La escuadra merengue completa estaba ahí, Raúl, Roberto Carlos, Karembeu, McManaman, desfilaban frente a nosotros y en mi Jet Lag, me tarde en reconocerlos y cuando lo hice les pedí una foto cargando orgullosamente a mi hijo; al no reconocer a McManaman le pedí elegantemente que él no saliera en la foto, lo acepto sin empacho alguno. Finalmente llegamos a Barcelona un domingo por la mañana donde nos instalamos en unas suites de larga estancia, con servicio de hotel.
A la mañana siguiente me presente en mi nueva oficina, en el Carrer de Mallorca sobre la misma calle en la que se encuentra La Sagrada Familia. Un monumental cuadro de Miró adornaba el acceso. Detalles que se heredan de una época dorada, y un nombre en la industria editorial.
Fui presentado al equipo de dirección, mi primer encomienda a partir de ese momento fue tomar la minuta de la reunión, lo que me pareció un desafío sencillo, no contaba con que la reunión se conversara en catalán, tuve que superar la pena para solictar se hicioera el cambio a castellano y así poder superar mi primer tarea.
A la mañana siguiente y apenas a media instalación en Barcelona volé a Tenerife para mi primer entrenamiento. Estuve fuera de casa por una semana, dejando a mi esposa sola con mi hijo de 4 meses en un escenario nuevo para ambos, sin conocer a nadie, y con mucho frío por la época invernal. Al volver y entrar en casa, el ambiente era espeso, pesado, incierto. Obviamente nadie salió a recibirme. Se percibía la inconformidad al introducir la llave a la cerradura. Encontré a mi esposa molesta, decepcionada pues había estado prácticamente todo el tiempo encerrada y con dudas de cómo conducirse sola con el niño tan pequeño.
La situación dio pie a nuestra primera conversación difícil. Al calor, tuve que advertir Me han traído con un plan intensivo de trabajo, y no podré estar mucho tiempo cerca de los dos. Entiendo tu frustración, pero tendrás que buscarte la vida sola, y con el niño la mayoría del tiempo. En caso que no lo puedas sobrellevar, tienes la opción de regresarte. Decidió quedarse y ratifiar su apoyo incondicional.
Pocos días después conoció el parque de Santa Amelia, donde se esforzó por conocer gente acrecándose con la esperanza de empatizar con algún desconocido. En ocasiones recibió sonrisas, a veces indiferencia y en otras rechazos. La empatía llegó en el rostro de una chica colombiana que en circunstancias similares cargaba a una bebé de la edad de nuestro hijo. Se abrieron entonces sus corazones y se volvieron inseparables, días después los maridos seguimos el mismo camino.
De las cosas más gratas del reciente viaje fue recuperar esta relación que la distancia puso en paréntesis. Les vimos como si fuera ayer, como si el tiempo solo hubiese pasado en nuestra piel. Nos reconocmimos, reconocimos a las cre cidas familias también.
En aquellos años del Barcelona de entrenamiento, disfrutaba ir al café de la esquina, tomar un cortado o una caña, conversar con el dueño del bar, en su mayoría españoles (andaluces o catalanes). Hablábamos sobre México, las rancheras, el futbol español, los partidos políticos, en fin, inagotables los temas. Tener vida de barrio con el vecino. Recuerdo recorrer constantemente la ciudad caminando o a través de su extraordinario sistema de transporte sin sentir un solo atisbo de inseguridad, apreciar la creatividad en la calle con sus estatuas humanas personificando fantasías y comer bombas (croquetas con Alioli) en el barrio de pescadores.
En mi reciente viaje intenté revivir esta experiencia; Lo que encontré fue que los bares son atendidos por orientales, los clientes son en su mayoría árabes, otros ecuatorianos, venezolanos o argentinos y yo, mexicano, prácticamente no encontré catalanes dentro. Las Ramblas ya no ofrecen esas figuras humanas que personificaban estatuas ni actos circenses en sus aceras. Vi constantes manifestaciones en contra del turismo, la gentrificación, la guerra entre Palestina e Israel, la falta de oportunidades para los jóvenes, la equidad de género, la disminución en la jornada laboral o la separación de España entre otros reclamos. Percibí al caminar una insatisfacción general, una molestia constante, una queja recurrente en el día a día. Eran felices y no lo sabían.
Así pues y al igual que Felix Grande, Sabina en su canción Peces de Ciudad, dice que al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver, me queda confirmar que es cierto que los momentos mágicos de la vida no debemos tratar de imitarlos, porque nunca se repiten idénticamente.
Te equivocaste GARDEL.
Oficina de Salvat Editores en Barcelona
Excelente Norte!!! A seguir narrando, que por lo visto se te da bien, felicidades!!
El recuerdo feliz de tu pasado en Barcelona y el desafortunado retorno a esa ciudad, permite descubrir a un gran narrador de su propia historia.
Enhorabuena