Viaje al centro de la tierra
Seguramente todos recordamos este título de la novela de Julio Verne, donde el joven Axel y su tío Otto nos llevan de la mano en sus aventuras a través de la pluma del genio de la literatura francesa de ciencia ficción de fines del siglo XIX. Pues bien, esta idea la tuvieron en la otrora Unión Soviética durante el primer lustro de la década de 1970, supongo que como respuesta luego de haber perdido la competencia por llegar a la luna con los Estados Unidos (aunque no en poner al primer hombre en el espacio, que fue Yuri Gagarin) dijeron, entonces nosotros llegaremos primero al centro de la tierra.
Verne se adelantó a su época describiendo, por ejemplo, a los submarinos como el Nautilus en la maravillosa “20,000 leguas de viaje submarino” o el helicóptero en “Robur el conquistador”. Pero también fueron adelantadas a su época sus ideas de lo que vendría para la ciencia como en “De la tierra a la luna”, “Una ciudad flotante” que sin duda hoy son los cruceros transatlánticos o “Ante la bandera”, aquella novela premonitoria de lo que serían las armas de destrucción masiva. Quedaba pendiente el que parecería ser el más fácil de todos, el viaje al centro de la tierra, pero no, amigos, me adelanto a decirles que no fue ni creo que sea posible en el futuro cercano, por más que haya avanzado la ciencia. Pero vamos por partes en esta fantástica historia.
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A principios de los 70´s se inició en la URSS un proyecto titánico, perforar un agujero en la tierra tan profundo que pudiera al menos atravesar la corteza terrestre situada a unos 30 kms bajo la superficie y de ahí avanzar al núcleo del planeta que habitamos. El proyecto fue bautizado como el pozo de Kola y se encuentra ubicado en la península del mismo nombre, muy cerca de la frontera con Finlandia y Noruega.
La intención en un inicio era alcanzar al menos 15 kms de profundidad, pero tras más de 10 años de trabajo apenas se logró romper el record de los 9.5 kms que tenía el pozo petrolero Bertha Rogers en Oklahoma, USA. Siguieron insistiendo pero la suerte no acompañaría mucho tiempo más al proyecto pues se comenzaron a calentar y romper reiteradamente las brocas del inmenso taladro Uralmash-4E y posteriormente, Uralmash-15000. Para 1983 el pozo de 23 centímetros de ancho, alcanzó los 12 kms de profundidad pero justo ahí se produjo un derrumbamiento interior y gran parte del trabajo se vino abajo teniendo que recomenzar desde los 7 kms. Es en 1989, 6 años después cuando se alcanzó la profundidad máxima a la que llegarían, 12,262 metros y es en ese punto donde los trabajadores se toparon con una barrera que ya no pudieron franquear.
¿Qué fue lo que pasó en esa profundidad? Los científicos tenían contemplados incrementos a las temperaturas mucho menos intensos de lo que fue finalmente, pues rebasando los 12 kms la tierra está a más de 180 grados centígrados, llegando incluso hasta los 220, lo cual es una locura si la combinamos con el fango e hidrógeno que rezuman constantemente en el fondo.
El pozo de Kola tendría sobradas justificaciones para ser famoso simplemente por el sueño Vernesco que habita en él y el trabajo inmenso que representó durante muchos años, sin embargo su fama internacional viene de la más insospechada de las maneras. Un periódico finlandés hizo pública una grabación original que se realizó mediante el descenso de un micrófono de platino puro que pudiera soportar las altísimas temperaturas a las que era expuesto y los sonidos que grabó son, por decir lo menos, desconcertantes. Le llamaron la puerta del infierno y atribureron los lamentos humanos que parecen escucharse a los castigos de las almas en pena.
Por supuesto todo esto no es mas que paranoia del imaginario colectivo y la herencia Dantesca en la psicología occidental sobre la imagen del infierno, finamente aderezada por las imágenes de Gustav Doré. La grabación puede escucharse en el link que les dejo al final del artículo, para que ustedes saquen las mejores conclusiones, espero que no les quite el sueño.
También hay otra cosa que llama mucho la atención y se trata de una fina capa de oro que al parecer protege al planeta a partir de los 9.5 kms de profundidad a razón de 1 gramo por tonelada de roca, sin embargo sacarlo desde ahí sería hoy por hoy, con la tecnología que poseemos, francamente incosteable. Muchos más países han intentado superar esta marca soviética, como Alemania, Suecia o incluso los USA quienes fueron por vía marina pensando que sería más conveniente, pero ninguno tuvo éxito. Parece que la tierra se protege a sí misma cuando se le intenta vulnerar de más.
Nuestro planera tiene un diámetro de 12,742 kms, por lo tanto su radio para llegar al centro de la tierra, sería de 6,371 kms; esto nos dice que con el hoyo más profundo del mundo apenas llegamos a un 0.18% del camino, o sea nada. Sin embargo desde el punto de vista científico se aprovechó bastante esta excavación, pues además de conocerse mejor la estructura tectónica del planeta, se encontraron fósiles con una antigüedad de más de 2,800 millones de años donde se pensaba que no habría nada.
El sueño del viaje al centro de la tierra, o del pozo de Kola, terminó junto con el sueño de Lenin, cuando el 26 de diciembre de 1991 la hoz y el martillo se caían de la bandera de fondo rojo y no hubo más dinero para continuar pues, como se imaginarán, era un proyecto sumamente costoso. El pozo fue tapado y sobre él grabada la inscripción de 12,2261, a modo de triste epitafio.
No se si quien puso los 12,226 era disléxico, pues los metros oficialmente perforados son, como se comenta en el artículo, 12,262.
Excelente tanto la narrativa como la liga de un viaje literario con la excavación del pozo Kola. Enhorabuena
Buena lectura. Gracias!