Hay algo en el aire de Nueva York que hace que dormir sea un desperdicio.
Simone de Beauvoir.
Una portada , de un primer número, de una revista, con una caricatura de un neoyorquino con monóculo, que Rea Irvin dibujó y Corey Ford lo bautizó como Eustace Tilley.
Caricatura que cien años después es la imagen que identifica una marca “The New Yorker”, que logró sin primaria pretensión, diferenciarse claramente de otras que comparten el mismo nicho.
Hay algo en el aire de Nueva York que hace que dormir sea un desperdicio.
Simone de Beauvoir.
Una portada , de un primer número, de una revista, con una caricatura de un neoyorquino con monóculo, que Rea Irvin dibujó y Corey Ford lo bautizó como Eustace Tilley.
Caricatura que cien años después es la imagen que identifica una marca “The New Yorker”, que logró sin primaria pretensión, diferenciarse claramente de otras que comparten el mismo nicho.
Gran artículo. Bravo Israel.
Saludos.