El concentrador de oxígeno es mi amante por obligación todos los días, todas las tardes, durante horas (de 3 a 10 pm), lo que me lleva siempre a mi sillón en el que con la canula nasal colocada, en aislamiento y en placentera relajación, mis pulmones parecen olvidar que la salud ya no les acompaña.
De ahí que de estar en casa con amigos o en la de ellos, entre las 6 y 7 de la tarde “No me hallo”, y me retiro porque como en la canción “siento que…ya…no tengo vela en ese entierro”.
La excepción se presentará cuando la charla se que será mas que amena y la copa en mano gratificante y el amigo al que espero conocer, me acompañe en la barra del Rey Bar, que como dice Chava Flores en La Bartola para echarnos un alipus.
Gracias Benito disfruto mucho la lectura que nos obsequias todos los lunes.
Gracias, Mario, por compartir siempre desde el corazón y ahora lo sé, desde los pulmones. Que el aire que compartimos te acompañe siempre, un abrazo fuerte.
¡Hola, profe! Me gustó mucho la columna. He estado sintiendo que no pertenezco a ningún lugar y que no sé dónde quiero estar, pensé que era algo pasajero, típico de alguien recién graduado, pero al reflexionar, creo que esto viene desde antes, tal vez desde la secundaria o la prepa. Después de leer la columna, me pregunto si esto será realmente temporal o si es algo que me acompañará para siempre, supongo que lo sabré dentro de unos 10 o 20 años.
O quizá nunca, Lorelei, pero no importa siempre y cuando el mundo personal que habitas te provea de las ilusiones necesarias para vivir. Gracias por leer y comentar. Un abrazo grande.
Benito te vuelvo a leer hoy en la mañana y capto una mente sensible, filosófica, con una herida emocional profunda no del todo consciente. Has explorado muchas formas de sentido (espiritualidad, arte, psicología), y te se asumes como un extranjero incluso en tu propia vida.
Predomina el arquetipo del peregrino o del “exiliado interior”, un sujeto que está en perpetuo tránsito simbólico. Actualmente en la posmodernidad, los individuos esto se ha vuelto central, casi inevitable. Por eso Kundera escribió de ese modo. El tránsito fue del concepto de familia y religión a individualización, con identidades múltiples e inestables. Creadoras en relación más íntima con una pareja, como un nivel superado de narcisismo por la autoconciencia. O tal vez solamente el grado de fragmentación a lo que Frederic Jameson llama esquizofrenia posmoderna.
Me hiciste sonreír, pensar… y decir: ay, querido, qué bien lo cuentas.
Porque sí: ese arte de siempre estarse yendo lo conozco bien. Estás en un lugar, querido incluso, rodeado de gente que muestra su cariño, pero ya tu mente va empacando —invisible— para otro lado. ¿Cuál? Da igual. La cosa es no quedarse del todo. Toda mi vida he admirado a quienes se quedan felices en el mismo lugar, con la misma gente. Yo nunca pude.
Lo del hermano no nacido me pegó suave y hondo. Quizá porque todos llevamos pequeños pasajeros invisibles que a veces nos mueven sin que lo sepamos. Y ahí estás tú, contándolo sin dramas, sin quejas, con esa mezcla tuya de humor tierno, lucidez honesta y ese guiño irónico tan tuyo, que dice mucho sin necesidad de subrayar.
Cuando te leo llegar al RayBar, casi lo veo como escena de película: el que siempre se está yendo, esta vez se queda. Al menos hasta que alguien lo llama por su nombre.
Y aquí me nace la pregunta:
¿Y aquí, Benito, en tus propias palabras, haces un poco de casa?
¿Aunque sea aquí, entre nosotros que te leemos, te sientes acompañado?
Desde este lado del mundo, levanto un vaso (lleno de dudas, faltaba más) y te digo:
¡Salud, querido!
Y recibe un fuerte apapachote que ancla, aunque sea por un instante. 😉
Benito, mi padre tiene los mismos superpoderes que tú, esos síntomas son poderosos porque al subvalorar el presente y estar siempre queriendo alcanzar el futuro idealizado, se llenan del motor y valor más importante que debe tener el hombre que es su voluntad, porque hacen lo que sueñan y porque salir de ese letargo del sentimiento de la monotonía es un esfuerzo sobrehumano. Mi padre se motiva con emociones y es autosuficiente con sus gustos muy propios, sin importar las estructuras sociales y tiene un magnetismo que hasta miedo me da. Y bueno leyendote creo que si tiene que ver lo que dices de las causas intergeneracionales, porque a él también le pasó lo mismo, falleció su hermano mayor en el vientre de mi abuela. Es muy interesante este tipo de personalidad, son incomprendidos e incomprensibles. Pero nada de lastima eeeh! Son muy difíciles y siempre se salen con la suya. Bueno no sé tu caso pero así es mi padre.
Gracias por compartir tan sinceramente lo que sientes. No se si lo que describes es más común de lo que parece o tal vez algunos nos identificamos con esa sensación de anhelar “otra parte” y simplemente no lo expresamos.
Ese dato sobre tu historia familiar yo si creo que definitivamente podría estar relacionado con esa sensación de estar a medias.
A veces expresar lo que llevamos dentro con la honestidad que lo haces puede tocar fibras sensibles, pero también abrir caminos para entendernos mejor. Gracias por tu artículo Benito.
El concentrador de oxígeno es mi amante por obligación todos los días, todas las tardes, durante horas (de 3 a 10 pm), lo que me lleva siempre a mi sillón en el que con la canula nasal colocada, en aislamiento y en placentera relajación, mis pulmones parecen olvidar que la salud ya no les acompaña.
De ahí que de estar en casa con amigos o en la de ellos, entre las 6 y 7 de la tarde “No me hallo”, y me retiro porque como en la canción “siento que…ya…no tengo vela en ese entierro”.
La excepción se presentará cuando la charla se que será mas que amena y la copa en mano gratificante y el amigo al que espero conocer, me acompañe en la barra del Rey Bar, que como dice Chava Flores en La Bartola para echarnos un alipus.
Gracias Benito disfruto mucho la lectura que nos obsequias todos los lunes.
Saludos
Gracias, Mario, por compartir siempre desde el corazón y ahora lo sé, desde los pulmones. Que el aire que compartimos te acompañe siempre, un abrazo fuerte.
¡Hola, profe! Me gustó mucho la columna. He estado sintiendo que no pertenezco a ningún lugar y que no sé dónde quiero estar, pensé que era algo pasajero, típico de alguien recién graduado, pero al reflexionar, creo que esto viene desde antes, tal vez desde la secundaria o la prepa. Después de leer la columna, me pregunto si esto será realmente temporal o si es algo que me acompañará para siempre, supongo que lo sabré dentro de unos 10 o 20 años.
O quizá nunca, Lorelei, pero no importa siempre y cuando el mundo personal que habitas te provea de las ilusiones necesarias para vivir. Gracias por leer y comentar. Un abrazo grande.
Justo eso percibí de un amigo, casi bajo la lluvia saboreando un raspado, confieso que pensé que lo estaba aburriendo...posiblemente si
Jajajaja no, para nada Ale.
Benito te vuelvo a leer hoy en la mañana y capto una mente sensible, filosófica, con una herida emocional profunda no del todo consciente. Has explorado muchas formas de sentido (espiritualidad, arte, psicología), y te se asumes como un extranjero incluso en tu propia vida.
Predomina el arquetipo del peregrino o del “exiliado interior”, un sujeto que está en perpetuo tránsito simbólico. Actualmente en la posmodernidad, los individuos esto se ha vuelto central, casi inevitable. Por eso Kundera escribió de ese modo. El tránsito fue del concepto de familia y religión a individualización, con identidades múltiples e inestables. Creadoras en relación más íntima con una pareja, como un nivel superado de narcisismo por la autoconciencia. O tal vez solamente el grado de fragmentación a lo que Frederic Jameson llama esquizofrenia posmoderna.
Benito,
Me hiciste sonreír, pensar… y decir: ay, querido, qué bien lo cuentas.
Porque sí: ese arte de siempre estarse yendo lo conozco bien. Estás en un lugar, querido incluso, rodeado de gente que muestra su cariño, pero ya tu mente va empacando —invisible— para otro lado. ¿Cuál? Da igual. La cosa es no quedarse del todo. Toda mi vida he admirado a quienes se quedan felices en el mismo lugar, con la misma gente. Yo nunca pude.
Lo del hermano no nacido me pegó suave y hondo. Quizá porque todos llevamos pequeños pasajeros invisibles que a veces nos mueven sin que lo sepamos. Y ahí estás tú, contándolo sin dramas, sin quejas, con esa mezcla tuya de humor tierno, lucidez honesta y ese guiño irónico tan tuyo, que dice mucho sin necesidad de subrayar.
Cuando te leo llegar al RayBar, casi lo veo como escena de película: el que siempre se está yendo, esta vez se queda. Al menos hasta que alguien lo llama por su nombre.
Y aquí me nace la pregunta:
¿Y aquí, Benito, en tus propias palabras, haces un poco de casa?
¿Aunque sea aquí, entre nosotros que te leemos, te sientes acompañado?
Desde este lado del mundo, levanto un vaso (lleno de dudas, faltaba más) y te digo:
¡Salud, querido!
Y recibe un fuerte apapachote que ancla, aunque sea por un instante. 😉
Benito, mi padre tiene los mismos superpoderes que tú, esos síntomas son poderosos porque al subvalorar el presente y estar siempre queriendo alcanzar el futuro idealizado, se llenan del motor y valor más importante que debe tener el hombre que es su voluntad, porque hacen lo que sueñan y porque salir de ese letargo del sentimiento de la monotonía es un esfuerzo sobrehumano. Mi padre se motiva con emociones y es autosuficiente con sus gustos muy propios, sin importar las estructuras sociales y tiene un magnetismo que hasta miedo me da. Y bueno leyendote creo que si tiene que ver lo que dices de las causas intergeneracionales, porque a él también le pasó lo mismo, falleció su hermano mayor en el vientre de mi abuela. Es muy interesante este tipo de personalidad, son incomprendidos e incomprensibles. Pero nada de lastima eeeh! Son muy difíciles y siempre se salen con la suya. Bueno no sé tu caso pero así es mi padre.
Un deleite leerte, coincido contigo, "es que me aburro mucho", te abrazo
Gracias por compartir tan sinceramente lo que sientes. No se si lo que describes es más común de lo que parece o tal vez algunos nos identificamos con esa sensación de anhelar “otra parte” y simplemente no lo expresamos.
Ese dato sobre tu historia familiar yo si creo que definitivamente podría estar relacionado con esa sensación de estar a medias.
A veces expresar lo que llevamos dentro con la honestidad que lo haces puede tocar fibras sensibles, pero también abrir caminos para entendernos mejor. Gracias por tu artículo Benito.
Y que los ejes de nuestra carreta sigan sonando, Beatrice, porque como decía Atahualpa, a mi me gusta que suenen y no los he de engrasar.